Se ha tardado pero al final se ha conseguido. El documento definitivo que demuestra la existencia de un pijo en Villapasto ha llegado a nuestra redacción. Camisita, pantalones de pinza, zapatitos de charol, todo a juego y acompañado del complemento maestro, un puro.
Las gentes del lugar afirman que este especimen tan poco característico del barrio de Villapasto se desplaza en un vehículo a motor blanco, con la trocola en baja forma y con falta de gasoil crónica (pilotito en su interior encendido de serie). Es por este motivo por el que ha sido tan difícil localizarlo, ya que se le esperaba conduciendo un automóvil de gama alta.
Definitivamente se dan por despejadas todas las dudas y se pone fin a tantas y tantas especulaciones vertidas por la población.
0 comentarios:
Publicar un comentario